domingo, 24 de septiembre de 2017

La CDMX es de los jovenes

Seré muy breve respecto a este post.

El sismo, mejor dicho los sismos que vivimos el pasado 7, pero sobre todo el del pasado 19 de septiembre vino a dejarnos muy claro que no hay nada ante el enorme poder de la madre naturaleza. 

Es una verdadera coincidencia muy trágica y lamentable, el mismo 19 de septiembre, 32 años después del terremoto de 1985. De manera irónica, pocos momentos después del simulacro que se realizó en la Ciudad de México. 

Para quienes vivimos en la CDMX, estamos muy seguros que vimos nuestra vida pasar por un instante, sobre todo por que nos agarró de imprevisto, no sonó la alerta sísmica debido a la cercanía del epicentro. Somos muy afortunados de estar vivos. 
Pasando este sismo que fue de intensidad 7.1, la forma inmediata en que podíamos saber de nuestros seres queridos y amigos fue y es vía internet, ya sea por whatsapp o por las redes sociales.  La comunicación vía telefónica y celular colapsó por varias horas, debido a la saturación, pero también por múltiples fallas por el sismo.

La reacción se volcó a las zonas más siniestradas por derrumbes, colapsos en múltiples edificios de esta ciudad donde quedaron varias personas atrapadas y muchas más prensadas que no alcanzaron a salir. Y es aquí donde quiero poner el mayor énfasis, porque la primera reacción que hubo de la misma sociedad, la ciudadanía, la gente, el pueblo pues. 

El objetivo era uno: salvar el mayor número posible de vidas, miles y miles de jóvenes se supieron organizar para acudir y empezar los primeros rescates. Pero también hubo una masiva organización para hacer centros de acopio y juntar víveres. Mismos que fueron saturados a las pocas horas. 

Los jovenes se adueñaron de esta ciudad para volcarse en la ayuda en todo momento, todo el tiempo, sin descanso, rolándose por turnos para ser voluntarios, brigadistas, rescatistas, sumarse como médicos, juntar víveres, materiales, transporte, medicamentos, organizar en las zonas siniestradas. Fue en esos duros momentos en que se vio claramente quien toma la batuta para resolver las cosas.

Ya después se apersonaron los cuerpos de rescate de diversas instancias de protección civil, los Topos Azteca y miembros de la Marina y el Ejército que en primera instancia sólo llegaron a acordonar los lugares de emergencia. Marina,pero sobre todo el Ejército desalojaron a los brigadistas y voluntarios que realizaban los rescates y búsquedas de personas atrapadas. Tal vez porque así lo dicta el protocolo, pero se perdió tiempo muy valioso para rescatar personas con vida. Un punto muy importante y directo a destacar: los miles de jovenes acudieron a brindar ayuda sin condiciones; las fuerzas armadas acuden y actúan sobre una orden de su superior. 

Los jovenes siguen aún en las calles, la ayuda no ha cesado, se siguen juntando para organizarse y ahora irse a los estados de Morelos, Puebla y Oaxaca que están demasiado lastimados, donde la ayuda oficial y gubernamental aún no se hace presente. Somos los jovenes quienes vamos a reconstruir este país.  Tenemos mucho por hacer de aquí en adelante: mejorar la cultura de protección civil, aprender a organizarnos mejor, la historia nos corresponde hacerla y escribirla. 

Podría extenderme en miles de detalles, sin embargo la emergencia aun continúa, hasta este momento suman más de 300 las personas que perdieron la vida, tan sólo 181 en la CDMX. La mayoría de ellas quedaron atrapadas en los edificios colapsados. Aún falta mucho por hacer, tal pareciera que la dura lección de 1985 sigue muy vigente, sobre todo porque los gobiernos de todos los niveles se quedaron pasmados ante la tragedia, fue la misma sociedad, sus jovenes quienes una vez más salieron a la calle a ayudar en todo lo que podían. Esta ciudad y el país entero es de los jovenes, lo seguirán siendo.

Mucha fuerza México!!!!




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